🏀 NBA2K26 | GAME15 (8-7) | Temporada Regular – El regreso de LeBron impulsa a unos Lakers desbordantes.
LeBron vuelve y lidera a Los Ángeles con una actuación total para frenar a un Utah competitivo, sostenido por el acierto de Markkanen.
Autor: Jolu · Fecha: 21/11/2025
El regreso de LeBron James no podía llegar en un momento más oportuno. Tras varias semanas fuera por lumbalgia, la estrella angelina volvió a la rotación de J.J. Redick en el GAME15 de la temporada y lo hizo como si nunca se hubiera marchado: dominando, organizando y marcando el ritmo emocional de unos Lakers que necesitaban un impulso. La victoria por 128-113 ante los Utah Jazz no solo rompe cualquier atisbo de ansiedad, sino que reafirma la idea de que con LeBron todo encaja mejor.
El partido comenzó con ritmo ofensivo alto por parte de ambos equipos, especialmente Utah, que encontró en Lauri Markkanen un filón imparable durante toda la noche. El finlandés firmó un partidazo monumental: 33 puntos, 5 asistencias, 3 robos y 7 triples, castigando una y otra vez desde el perímetro y aprovechando los bloqueos para lanzar sin oposición. Su primera parte (28 puntos al descanso) mantuvo a los Jazz dentro del partido incluso cuando los Lakers parecían tomar aire.
Los angelinos, sin embargo, respondieron desde un ataque coral y eficiente. El equipo cerró con un espectacular 69% en tiros de campo y 52% en triples, moviendo la pelota con un nivel de precisión sobresaliente: 39 asistencias, con solo 10 pérdidas. Redick insistió en el movimiento continuo, y la vuelta de LeBron dio fluidez inmediata a cada posesión.
El veterano terminó como Jugador del Partido:
34 puntos, 6 rebotes, 11 asistencias y 14-22 en tiros, incluyendo varios ataques al aro que demostraron que su explosividad sigue intacta pese a las molestias que le mantuvieron fuera. Su impacto fue evidente en los parciales del segundo y tercer cuarto, donde los Lakers firmaron un 35-24 y un 29-23 que abrieron la brecha decisiva.
A su lado, Luka Doncic volvió a rozar el triple-doble con 31 puntos y 12 asistencias, castigando desde su rango habitual y aprovechando el foco defensivo que atraía LeBron. Utah sufrió especialmente en las ayudas: cada penetración colapsaba la zona, y los tiradores angelinos respondieron con un acierto letal.
También brilló la segunda unidad. Rui Hachimura (17 puntos) aportó anotación estable, mientras que Jaren Vanderbilt (10 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias) hizo un trabajo impecable en las tareas sucias, sosteniendo al equipo en los momentos de mayor aceleración visitante. Ayton dominó físicamente en la pintura y Reaves conectó de nuevo con su mejor versión distribuyendo juego.
Los Jazz, más allá del recital de Markkanen, tuvieron en Keyonte George (15 asistencias) a su principal generador, pero la defensa angelina supo vivir con su distribución siempre que los tiros exteriores no castigaran. Utah terminó con 113 puntos y un meritorio 59% en TC, pero nunca logró frenar la avalancha ofensiva de Los Ángeles.
El triunfo deja sensaciones positivas: LeBron ha vuelto, ha vuelto bien, y el ataque funciona con naturalidad cuando él está en pista. Tras semanas de irregularidad y lesiones, el equipo por fin respira. Y lo más importante: el vestuario siente que ahora empieza la verdadera temporada.
El partido comenzó con ritmo ofensivo alto por parte de ambos equipos, especialmente Utah, que encontró en Lauri Markkanen un filón imparable durante toda la noche. El finlandés firmó un partidazo monumental: 33 puntos, 5 asistencias, 3 robos y 7 triples, castigando una y otra vez desde el perímetro y aprovechando los bloqueos para lanzar sin oposición. Su primera parte (28 puntos al descanso) mantuvo a los Jazz dentro del partido incluso cuando los Lakers parecían tomar aire.
Los angelinos, sin embargo, respondieron desde un ataque coral y eficiente. El equipo cerró con un espectacular 69% en tiros de campo y 52% en triples, moviendo la pelota con un nivel de precisión sobresaliente: 39 asistencias, con solo 10 pérdidas. Redick insistió en el movimiento continuo, y la vuelta de LeBron dio fluidez inmediata a cada posesión.
El veterano terminó como Jugador del Partido:
34 puntos, 6 rebotes, 11 asistencias y 14-22 en tiros, incluyendo varios ataques al aro que demostraron que su explosividad sigue intacta pese a las molestias que le mantuvieron fuera. Su impacto fue evidente en los parciales del segundo y tercer cuarto, donde los Lakers firmaron un 35-24 y un 29-23 que abrieron la brecha decisiva.
A su lado, Luka Doncic volvió a rozar el triple-doble con 31 puntos y 12 asistencias, castigando desde su rango habitual y aprovechando el foco defensivo que atraía LeBron. Utah sufrió especialmente en las ayudas: cada penetración colapsaba la zona, y los tiradores angelinos respondieron con un acierto letal.
También brilló la segunda unidad. Rui Hachimura (17 puntos) aportó anotación estable, mientras que Jaren Vanderbilt (10 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias) hizo un trabajo impecable en las tareas sucias, sosteniendo al equipo en los momentos de mayor aceleración visitante. Ayton dominó físicamente en la pintura y Reaves conectó de nuevo con su mejor versión distribuyendo juego.
Los Jazz, más allá del recital de Markkanen, tuvieron en Keyonte George (15 asistencias) a su principal generador, pero la defensa angelina supo vivir con su distribución siempre que los tiros exteriores no castigaran. Utah terminó con 113 puntos y un meritorio 59% en TC, pero nunca logró frenar la avalancha ofensiva de Los Ángeles.
El triunfo deja sensaciones positivas: LeBron ha vuelto, ha vuelto bien, y el ataque funciona con naturalidad cuando él está en pista. Tras semanas de irregularidad y lesiones, el equipo por fin respira. Y lo más importante: el vestuario siente que ahora empieza la verdadera temporada.